Mapa: Nombre: Accidente Geográfico Natural Muela del Diablo. / Categoría: Área Protegida Municipal y Monumento Natural. / Acción: Creación, 2009. / Instrumento Legal: Ordenanza Municipal Nro. 006/2009. / Área: 5.099 hectáreas. / Jurisdicción: Provincia Cordillera. Municipio de Boyuibe.
Libro: Patrimonio Natural de Santa Cruz. Año: 2015. Autor: Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz. Willy Kenning Moreno.
Área Protegida Municipal y Monumento Natural.
El Chaco, con sus duros pero bellos rasgos naturales y con la mirada paralela y marginal de las varias serranías subandinas que, descendiendo hacia el este y cubiertas de vegetación propia de los Yungas y del Bosque Boliviano-Tucumano, le acompañan por el oeste, hacen que recorrer la carretera que va de Abapó al sur, hasta Cuevo y más allá, hasta la frontera con Argentina, sea una total delicia para los ojos y el espíritu.
Deslizarse por la carretera siguiendo su topografía serrana pintada de verdes y varios tonos de ocre, observar los morros, lomos y faldas del piedemonte andino, compararlos y comentarlos, asombrarse del singular espectáculo de su encuentro con la llanura, ora suave, ora abrupto, siempre de un gran dramatismo escénico, constituyen un incomparable placer.
Entre los variados accidentes geográficos que ofrecen los costados de la carretera, concebida como cómplice del paisaje, se encuentra el Monumento Natural Muela del Diablo, que se destaca como un imponente mamelón que se yergue sobre el resto de la cadeneta serrana que lo contiene. La carretera lo esquiva, lo deja a un lado y pasa rauda por sus pies, pero no le quita el ojo, ni deja de tenerlo en la mira. El morro se impone como una envidiable gigantografía publicitaria, y aún el terror que inicialmente sugiere su desventurado nombre no altera la curiosidad por observarlo, de frente o disimuladamente, con la esquina o rabillo del ojo, de cotiojo, como se dice en la jerga local.
Su terrible nombre, merecido, por cierto, no le resta encanto y, más bien, incrementa sus otras virtudes y valores de conservación, dominados por una vegetación xerofítica, de ambientes áridos, de matorrales espinosos, que contribuyen a la imagen cariada, filosa y ponzoñosa que la imaginación atribuye a la muela de cualquier pobre diablo.
La fauna carnívora donde no faltan el puma, el jaguar ni el zorro, ni la mariposa negra nocturna conocida como cobo-cobo, que dio origen al nombre del valle y la población cercana Cuevo, acrecientan la figura diabólica del cerro, y ni se diga de las sangrientas batallas que se libraron en sus alrededores durante la Guerra del Chaco, contienda bélica por un recurso natural esquivo y endiabladamente ambicionado que las propias barreras naturales no lograron impedir.
Nada de qué temer, sin embargo, hay en esta área protegida municipal. La guerra ya pasó por sus arenales, calló la metralla y el diablo se mandó cambiar con la cola entre las piernas hasta donde él mismo perdió el poncho. El Monumento Natural Muela del Diablo y su serranía asociada ofrecen vida por doquier: sus escurrideros, que alimentan al río Cuevo, que baja de las estribaciones de la cordillera de Incahuasi hasta meterse en el Chaco, la flora local, adaptada para administrar bien el agua, la fauna, acostumbrada a la larga estación de escasez del líquido elemento, y la rebosante vida general de esta ecorregión, con su magistral escenografía, pueden ser ampliamente observadas desde sus alturas.
Las importantes pendientes de serranías y colinas asociadas al sistema hídrico, sin embargo, sumadas a la naturaleza de los suelos arenosos determinan altos niveles de erosión hídrica, por lo que es muy importante su cuidado y conservación como importantes componentes de su belleza paisajística y escénica, y como base de su anhelado desarrolo turístico.
El Monumento Natural Muela del Diablo es vecino de otras áreas protegidas como la Serranía Sararenda Camiri-Cuevo y los parques nacionales Kaa lya y Aguaragüe, con las que conforma un muy importante conjunto de continuidad del cerro a la llanura, así como un corredor oeste-este de conectividad, de intercambio entre ecorregiones que caracterizan al centro del continente.
Su conservación y buen manejo es imprescindible pues, no obstante la exuberancia que resuma el Chaco, y que su resistencia al mal trato es documentadamente destacable, el equilibrio que aún ostenta puede romperse al influjo de la propia carretera internacional que hoy nos permite admirarlo.
El Chaco de la Muela del Diablo es un regalo de Dios entregado al hombre para que lo cuide de los perversos desmanes del astuto maligno. Cumplir con el deber de salvarlo demanda, por tanto, el trabajo mancomunado de la Gobernación de Santa Cruz, el municipio de Boyuibe y la población local.
Fuente. Libro: Patrimonio Natural de Santa Cruz. Año: 2015. Autor: Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz. Willy Kenning Moreno.
Foto: Áreas Protegidas Municipales · Accidente Geográfico Natural Muela del Diablo · Carretera Santa Cruz, Yacuiba y el cerro Muela del Diablo. Autor: Willy Kenning.
Foto: Áreas Protegidas Municipales · Accidente Geográfico Natural Muela del Diablo · Muela del Diablo, vista terrestre. Autor: Rubén Darío Azogue.
Foto: Áreas Protegidas Municipales · Accidente Geográfico Natural Muela del Diablo · Muela del Diablo, vista aérea. Autor: Willy Kenning.
Foto: Áreas Protegidas Municipales · Accidente Geográfico Natural Muela del Diablo · Río Cuevo. Autor: Willy Kenning.
Foto: Áreas Protegidas Municipales · Accidente Geográfico Natural Muela del Diablo · Río Cuevo y la serranía Muela del Diablo. Autor: Willy Kenning.